El otro día te ví un poco ausente, la verdad es que antes, muy poco te ví así salvo el último día que te vi sin aliento, estabas más que ausente y no volví a ver tus ojos. Y en esa mezcla extraña de pasado y presente, estabamos ahí, cuidando tu tienda, otros primos y otros tíos, y pasó la camioneta y mató a un señor en la puerta de la tienda -que bueno que no te tocaron estos tiempos, yo sé cuanto veías y escuchabas noticias y lo mucho que no te gustaba la violencia- y al instante nos abrazamos y nos tiramos al piso, puedo recordar muy bien tu olor y tus latidos acelarados y también la cara de preocupación con la que me viste, como si yo tuviera 4 años, y yo te miré preocupada también queriendo protegerte y temiendo infarto o algo así... Te dije que te adelantaras hacia el fondo de la casa, me asomé a la calle y el asesino seguía ahí, volteó a verme me apuntó con la pistola pero no pasó nada, cerré las puertas y corrí hacia el fondo, luego todos estaban refugiados en casa de la nina y