Historía de Fotografía

5:00 a.m. sigo dando vueltas una y otra vez en esta enorme y vacía cama, hace tantos recuerdos y pensamientos que he revisado el reloj y éste apenas caminó 30 grados hacia mi derecha insignificancia; camino al estudio y encuentro en entre cada espacio de cada paso los restos desperdigados de mis ruinas que un día fueron majestuosas y que hoy solo son eso,pequeños momentos de gloria pero sin resplandor alguno... sigo caminando al estudio y cada vez veo mas cerca la puerta que divide mi autoflagelación de mi cordura, se que abrirla me va a derrumbar y enterrar más profundo de tres metros, más se también que no quiero quedarme acá fuera...

Abro la puerta y el cuarto aun oscuro, guarda la evidencia que yo misma he fabricado, enciendo la luz tenue y ahí esta Luis pendiendo de los hilos que sostienen su cuerpo y todos sus cuerpos, cada uno perfecto, cada uno ajeno, cada uno un día mío, cada uno ahora perdido, cada uno deseado y cada uno tan radiante como siempre...

Descuelgo una a una sus piezas listas para trabajar en el siguiente paso más cada una me otorgan algo más que las imágenes que el día anterior tomé de Luis, poco a poco me revelan los momentos que juntos pasamos y que ahora se han perdido en el tiempo, las tomo una por una y las cuento, las observo, una, dos, tres, cuatro... veintinueve, treinta y comienzo de nuevo, cada número en la fotografía indican los los latidos, los espasmos, los recuerdos, uno comienzo, dos continúo, veintinueve casi exploto, treinta soy un torbellino por dentro, tantos años Luis sin saber de tí y ahora me invades de nuevo mi tan frustrada tranquilidad...

Sigo pensando en este juego, en esta broma o diversión del destino, en la forma de traerte de nuevo a mi, o de llevarme a tí, No! simplemente de enfrentarnos de nuevo...

Y ella... demonios! ella solo podía ser así... mejor, mejor para tí, todo justo lo que yo no fuí...

De ojos pequeños y mirada triste, de labios gruesos y voz dulce pero firme, Diana vino a buscarme, diciendo que era la fotógrafa que buscaba para su proyecto, la invité a pasar a ver todo mi trabajo, le ofrecí un whisky pero ella prefirió café, desde ese momento supe que sería un poco complicado tener siempre su atención, pues se enfadaba pronto de todo y si algo no le parecía ella simplemente no se inmutaba o cambiaba la conversación.

Nuestros intereses solo convergen en la estética aunque tal ves de un diferente punto de vista, por un lado mis fotos expresan un sentimiento muy personal e ínitmo en el instante que las tomo y por otro lado ella elabora todo un concepto para crear una imagen.
Así me platicó de contrato grande que tenía con esa empresa nueva de ropa deportiva y de la responsabilidad que significaba que le hubieran dejado todo respecto al marketing y así, con sus bosquejos, comezamos a trabajar en su proyecto.

Fueron varios días de trabajo, de acuerdos y desacuerdos, por un lado yo estaba a su disposicón pero por otro ella no me iba a decir a mi como hacer mi trabajo, sin embargo trabajar a su lado fué enriquecedor pues nunca había colaborado con una persona tan profesional y tan idealista. Esos días a pesar del trabajo hubo mucho tiempo de relajarse, a veces ibamos a desayunar y ahí trabajabamos o a comer o cenabamos en su casa o en la mía.

Creo que nunca la conocí más alla de la profesionista que era sin embargo se veía una mujer bastante interesante, platicamos cosas triviales el clima, la política, las finanzas el arte y nada personal, nada más allá personal que su punto de vista.

Llegó la cuarta semana y todo ya estaba listo para comenzar a producir, el bosquejo por fin ya era una diseño y todas las ideas estaban ya definidas, era mi turno real entonces de mostrarle lo que mejor sabía hacer. Yo le recomendé una agencia de modelaje donde ya tenía unos contactos pero ella prefirió llevar su propio personal que antes ya había conocido.

La sesión comenzó y fuimos a lugares en los que jamás se me hubiera ocurrido tomar una foto con "gente deportiva", las sesiones fueron diarias con distintas personas en distintos lugares, no puedo negar que me fascinó la de la azotea y la de la calle de noche.

El sábado era a última sesión, nos quedamos de ver en mi casa porque de aquí quedaba mas cerca la locación. Ella llegó antes de lo previsto y parecía inquieta. Me pidió que la llevara a una tienda de flores cercana yo con gusto accedí y nos dirijimos para allá. Al llegar ahí por primera vez en todo el tiempo que nos tratamos me hizo un pregunta algo personal, si se considera el gusto por la flores algo personal, yo le dije las flores que me gustaba obsequiar pensando realmente en las últimas flores que había regalado, a ella le pareció estupendo y compró dos ramos.

Regresamos a casa hablando de cualquier tema, preparamos las cosas y dejó un ramo en mi casa, nos fuimos a la locación y por fin me contó algo personal, las flores eran para el chico de la sesión, eran pareja y al parecer como era un proyecto muy importante en su carrera lo quiso incluir de algun modo, me pareció increible la idea de conocer a su amante porque hasta hace poco no sabía nada de ella.

Cuando llegamos otro carro ya estaba ahí además del de mi equipo así que supuse que el ya había llegado. Bajamos del auto, yo me dispuse a acomodar las cosas, el estaba muy lejos así que en lo que arreglabamos todo, ella fue con el a darle las flores, fue una escena muy bella, el ambiente y la situación se prestaron perfecto para que yo les tomara unas cuantas fotos.

Después de un rato se acercaro, sonriendo, abrazados, platicando, yo fuí al carro a sacar otras cosas y justo cuando tengo la cabeza dentro de la cajuela ella le dijo - Quiero que conozcas a Minerva la mejor fotógrafa de este país y quien por cierto escogió tus flores- yo me incorporé hacia ellos y ahí estaba con su sonrisa de sol... Luis.

Luis no se inmutó al verme solo le regresó las flores a Diana, mientras ella me explicaba que era una sorpresa para Luis colaborar con ella, cuando yo pensaba que el desaire de Luis no me dejó más que aparentar que yo tampoco lo había visto y el gusto de conocerlo.

Comenzamos la sesión el llevaba su boxer sport y nada más, mis manos comenzaron a sudar, mi mente se nubló y no sabía por donde empezar, hasta que finalmente le dije -empecemos con tu cuerpo entero a contra luz para aprovecharla- y recordé la primera vez conocimos, cada foto que le tomaba era un recuerdo, sus brazos rodéandome la primera vez, sus ojos, nuestro primer beso, la primera vez que me llevó a su departamento y lo hicimos sin descanso, su aroma, las cenas, los detalles, las llamadas, su entrega, su entrega total y mi resistencia. Su partida con la promesa de no volverme a buscar y de olvidarme, promesa que pudo cumplir.

Terminamos la sesión y Minerva me pidió que los acompañara a cenar, Luis me excluyó inmediatamente abogando que seguramente estaría muy cansada y no no se equivaba, por mi parte tuve que darle la razón a Luis y partir hacia casa.

El trayecto fue largo, sombrío, confuso todas esas reacciones significaban algo, significaban el amor mismo, el amor cobarde, el amor mediocre, el amor frustrado, el amor en su peor estado pero al final de cuentas el amor, no pude controlar lo que sentí por Luis y lo mejor que pude hacer fué engañarlo en sus propios ojos cuando el ya me amaba y daba todo por mí, no pude, no supe, idiota de mi, pero es mejor así, ahora el es muy feliz, y yo esta noche saldré con Alfonso y con suerte, con un poquito de suerte me hará olvidar esta noche este amor.

Para Luis =)




Comentarios

Sgto Carrujo dijo…
me gusta diana

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