DiaS
Que largos son los días, a veces, cuando las ausencias nos molestan, o cuando la soledad se vuelve cotidiana y por ende aburrida, son largos también cuando esperas por sorpresas y cuando la paranoia te mantiene cautivo en casa viendo películas apocalípticas o una buena serie con harajukus, estudiantes idealistas y detectives guapos, son largos cuando hace mucho calor y te sofocas en el cuarto, cuando te sientes enfadado enfadado, cuando tu roomie deja la llave del lavadero abierta y se inunda la casa y solo tú tienes que secar porque no hay nadie más ahí, cuando vienes y no encuentro el domicilio de tu tía ni con ayuda del gimaps, cuando llegamos a la fuente y nos corren aun antes de sentarnos, cuando tienes que trabajar en casa y prefieres andar de exhibicionista, cuando miras con asombro que hay gente que no podrá vivir más y que tiene más ganas de vivir de las que por momentos tu sientes aun pudiendo vivir tanto tiempo, cuando tienes fuego y se revienta y cuando como siempre la carne te cae pesada y tu estómago es un campo de batalla, cuando no haces lo que tenías que hacer y solo te sientes un poco decepcionado… Pero entonces que cortos son, cuando sueñas que vuelas, crees volar y sientes que vuelas, cuando a pesar de lo estúpidamente jodido que todo parece permanece el humor y la creatividad, cuando escuchas conciertos, desayunas con mangos y cenas con tintos, cuando tejes redes de almidón de uva, cuando no quieres dormir y no puedes despertar, cuando tienes que trabajar y te pones a decir cosas muy mensas, cuando vienes y vamos al libertad a conversar, cuando me cuentas de tu vida y yo de la mía y nos reímos de las señoras chismosas y amargadas, cuando te acuestas para ver al viento jugar con las hojas y las banderas, cuando me duele más a mi que a tí que te rapes tu greñero chino por una buena causa, sí, definitivamente son cortos días cuando te sorprendes, cuando te haces tu mismo el día sin necesidad de que alguien más te lo haga, cuando comes helado de zarzamora o de yogurth con arándanos y licor de café, cuando paseas kilómetros en bici para terminar tumbado en el pasto bajo otro árbol cómplice de tus pensamientos, cuando no necesitas de la música ni de la charla, tan solo el sonido del viento traspasando los árboles, y las ardillas sonríen y las hormigas pican, cuando los niños son lindos y los adultos complicados, cuando cuento contigo y me invitas a bailar a la mutua y cuando vienes a ver películas a mi casa con tu amiga, cuando crees que estoy loca porque coqueteo tímidamente y cuando me dejas sacarte una sonrisa, entonces… entonces los días se hacen pequeñitos, porque pasan muy rápido por el pensamiento más rápido de lo que toma que se me dibuje a mi una sonrisa (:
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